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SERVIDORES MÁGICOS: Los Dos Cerditos

Desde hace días, la semana del 04/12/2023, vengo pensando en la creación de servidores mágicos e incluso desde antes tenía varios planeados según mis diversas necesidades. Necesito entidades a las que sea capaz de otorgarles varias tareas específicas cada cierto tiempo, incluso en lo que respecta a cumplir ciertas peticiones por parte de amigos o clientes. Cuando pequeño, debo haber tenido 14 años o algo así, cree un servidor a mi nombre, de protección, solo por curiosidad, dando por hecho su existencia luego de una infantil ritual, que días después, sentiría al discutir con un profesor de religión del tipo ¡amén hermano!, con un parpadeo de luces del tipo película de terror... supuse que era él tratando de alimentarse de la energía del medio para defenderme, a lo que el profesor evangelista reacciono con orar y detener su argumentación sin juicio.  Ushabtis, Museo Egipcio de Manchester (servidores mágicos). Me encontraba paseando el día martes 05/12/2023 en unas galerías de artículos

Yoga Psico-Oniro-Naútico y Topografía Tricotómica; Dibujos

No tenía claro mi área de trabajo y sinceramente nunca me había divertido o tenido algo de placer realizando los trabajos de la universidad, algo bastante triste, hasta esta tarde, en donde meditando y reflexionando, tuve la gran idea que me dejaría algo tranquilo, pues siento cierta seguridad que no tenía previamente ante mi trabajo como artista. Debo mencionar sin embargo que antes que artista soy un practicante mágico, el arte y la escritura son las únicas herramientas que me permiten plasmar mis experiencias psico-espirituales. Las partes del régimen de mí práctica como psiconauta son principalmente la concentración, la meditación y la contemplación, las cuales me posibilitan explorar mi mundo interior y también el exterior, de manera experimental en relación a mi conciencia y los fenómenos psíquicos, es debido en parte a estos dos últimos elementos que me apropie de la palabra tricotomía (teológica), pues no es una experiencia que reconoce al universo como una única dualidad mente-cuerpo, sino que se incluye también un mediador universal, un intelecto agente, esto es, el alma. 

En este trabajo un tanto disperso pero que finalmente cuenta con un único tema, muestro diferentes imágenes recibidas durante episodios contemplativos de trance autoinducido. Mi propósito es hacer un registro topográfico de los lugares y criaturas que veo con el ojo de mi mente tratando de rescatar lo mejor posible la experiencia acontecida, de manera que logre también a través de las formas, el color y las texturas, transmitir las sensaciones que involucran a los otros sentidos a excepción de la vista misma, tales como sensaciones térmicas, emocionales, acústicas, olfativas, etc. Las imágenes que presento en esta oportunidad incluyen ejercicios de escritura automática, contemplación visionaria continua en una hoja blanca o en un espejo de tinta, experiencias oníronáuticas y ejercicios visionarios en trabajos de sendero, en los cuales me preocupo de la experiencia y posteriormente una vez acabada la sesión psiconáutica del registro de lo que pude observar, y finalmente, la observación clarividente del lugar geográfico con los ojos abiertos.

En este proceso la ritualidad toma cierta relevancia, ya que es parte significante en la inducción al trance, influye mucho el contexto ambiental y físico, porque el proceso que estoy ocupando requiere, por ejemplo, poca iluminación, hablo de una atmósfera. El uso de la luz de las velas, de la oscuridad de la noche, de la penumbra del atardecer, etc. Además, cuando estoy más desconectado o para propiciar un estado psicológico profundo adecuado a veces sahúmo, canto, invoco, realizo movimientos, hago sonar una campana, etc, esto tiene que ver con lo sensorial y el espacio mismo. Casi siempre utilizo abluciones, meditación, me preparo para obtener las imágenes que luego dibujaré, es básicamente un condicionamiento autoimpuesto para acelerar todo el proceso y cultivar una mentalidad adecuada para ver imágenes en mi mente. Asimismo, es necesario también protegerse psicológica y espiritualmente, pues al remover las aguas del subconsciente se pueden asomar sustancias desagradables.

La aproximación que tengo a este trabajo consiste en considerar al ser humano, artista o no, como un ser que puede estar total y conscientemente inmerso en una realidad espiritual, un lugar en donde convergen mundos y entidades, algunas aparentemente previos y otras, creadas intencionalmente. Soy un fiel creyente y pensador de que el conocimiento de nuestra realidad se encuentra limitada por los sentidos materiales, y nuestras estructuras mentales materialistas propias de la modernidad, esa era en donde el pensamiento mecanicista y cientificista se separa de los misterios, y en donde la imaginación pasa a confundirse indistintamente con la fantasía. Es por ello por lo que en este trabajo retomo la exploración de estos lugares llenos de vida y abogó por el despertar de la percepción de los sentidos del alma y la mente. Este proceso topográfico al que me refiero tiene como finalidad explorar los mundos espirituales en su sentido tripartito, esto es, el mundo de las formas arquetípicas o mundo mental-espiritual, el mundo de las almas o plano astral y el plano material. 

Cómo territorio que son estos mundos imaginarios, hay en ellos una gran cantidad de seres que se corresponden con una herencia cultural, que incluyen espíritus, ángeles, demonios y otros cuantos anfitriones, pero también, hay una gran cantidad que no se atribuye a ninguna tradición como ocurre con los espíritus del territorio y la localidad. En este trabajo se asume la creencia experiencial de que hay espíritus en todas partes y a nuestro alrededor, tal como propone el animismo. La mayoría de ellos son territoriales y se asocian con las características geográficas naturales específicas como la flora, los árboles, colinas, lagos, arroyos, ríos, etc. Pero esta flora y fauna espiritual no se limitan tan solo a la superficie terrestre, sino que también incluye por debajo de esta. Las características físicas “reales” tienen una contraparte espiritual que reside en el mundo de los espíritus. y el deber que me propongo como mágico y artista es estudiar, comprender y entender sus atributos.

Toda esta exploración, tiene una lógica de recorrido desde el centro hacia el exterior, en dónde comienzo conmigo mismo, sigo luego explorando el territorio de mi casa y patio, y posteriormente de allí en adelante, la periferia, tanto física como espiritual. En cierta medida me comporto como un cronista y experimentador, que vuelve a otorgar importancia a la concepción animista y mistérica, en donde cada parte del universo rebalsaba de vida y movimiento. No me interesa defender esta visión si no darla a conocer a través de la imagen gráfico-pictórica, me da igual si es una realidad en términos lógicos racionales científicos o una intensa divagación con riesgo de paranoia y esquizofrenia. Veo la realidad con la lupa de mi imaginación, para mí, ambas partes están interconectadas, la naturaleza es la imaginación divina y mi imaginación son parte de esa sensación espiritual.


Annie Besant, 1847-1933


En lo que respecta a las problemáticas gráficas de la representación, me encontré con varias aristas muy interesantes, relacionadas a la percepción y la conciencia, sobre todo tras el estudio de la obra de la teósofa y clarividente Annie Besant. Entender que el cuerpo tiene una constitución tripartita ayudará a comprender mejor los distintos niveles de imaginación y percepción visual, pues tal como podemos hablar mentalmente, susurrar y vocear, así también podemos percibir imágenes mentales las cuales se corresponden a un plano mental y a la mente, imágenes intermedias o astrales correspondientes al alma y al plano astral, y por último imágenes físicas, las del plano material y percepción habitual. En estas analogías y visión de mundo, se hace clara la influencia neoplatónica así que para más información lo invito a consultar, estimado lector, los libros de los intelectuales correspondientes. 

Estás divisiones antes mencionadas son meras clasificaciones arbitrarias útiles para el estudio del microcosmos (humano) y el macrocosmos. Quien quiera entienda las matemáticas en su aspecto filosófico entenderá que esta división se hace más sutil a medida que se acerca al 1-espíritu y más densa a medida que se aleja de él. Por tanto, incluso existe la percepción de la imagen en su estado de idea sin forma ni color, como una sensación de “allí hay tal o cual cosa”, como si de un presentimiento se tratara. Realizadas estas aclaraciones acerca de la percepción visual en un sentido mágico, se podrá entender por qué en esta obra hay representaciones ambiguas y sutiles, a medio camino de constituirse como sólidas, concretas y miméticas.   


Tattwa tejas (fuego)


Pero además, como espero que este texto no sea el típico con el cual me quedaría dormido, te invito a ti lector, a entender estás imágenes en sus diferentes densidades, para ello, primeramente detente y observa a tu alrededor, tomate uno o dos minutos. Todo aparentemente muy sólido y concreto, ¿no?, bien, esto es lo que se denomina plano físico o material. Ahora, prueba con algún papel con un triangulo rojo pintado en él, por ejemplo, el color y la figura no importan, pero deben ser simples, el ojo debe poder reposar tranquilamente. Mira durante un minuto o dos, sin parpadear la imagen, y ¡voila!, una imagen fantasmal aparece alrededor y sí, esto es el famoso efecto de la post-imagen o imagen fantasma. Y sí, no es precisamente una imagen astral, pero sirve para entender que esa percepción que tuviste no es tan densa como tu primer experimento. Luego repite otra vez este segundo experimento, y cierra los ojos rápidamente; vamos, hazlo. ¿Curioso no? Si tuviste existo esa imagen ahora pasó a tu mente, su brillo y forma están presentes allí flotando en la oscuridad de tus ojos. Este tercer experimento nos acercó un poco más a cómo funcionan las imágenes mentales y astrales. 

El punto de encuentro entre una y otra es bastante indefinido, dentro de los estudios ocultistas se entiende que en el plano mental la forma y el color están potencialmente allí, como una semilla a punto de emerger, y luego, en el plano astral la forma y el color ya se han constituido, pero no materializado. Finalmente, tras obtener esta imagen fantasmal flotando ante tus ojos cerrados queda la pregunta, ¿se pueden estar imágenes evocar a voluntad?, ¿qué tan densas y materiales se podrían llegar a imaginar? E incluso, ¿podrían estás imágenes ser evocadas con los ojos abiertos? Y ¿tienen estas imágenes sustancia? Esto es solo una pincelada en el trabajo mágico, y simplemente queda a disposición del público experimentar esos fenómenos. Cuando me metí a la escuela de artes, precisamente uno de mis objetivos fue desarrollar mi percepción visual e imaginativa, en cuanto a color, forma y espacialidad, para experimentar aún mejor estos fenómenos tan interesantes, esta capacidad denominada visualización plástica. 

Primer obstáculo gráfico-pictórico, ya insinuado por la clarividente y teósofa Annie Besan, es el de “...Pintar con los colores apagados de la tierra las formas revestidas de la luz viva de otros mundos…” pues “…es una tarea difícil e ingrata; tanto más se debe la gratitud a quienes lo han intentado. Necesitaban fuego de colores y solo tenían tierras molidas.” Qué mejor ejemplo para esta sentencia que las ensoñaciones, muchas veces más nítidas que la vigilia misma, en dónde los colores parecieran ser incluso más nítidos, pero no todos pueden verlos con tal intensidad, ni todos recuerdan siquiera sus sueños. En los mundos astrales, los seres y objetos poseen sus propias luminosidades, parece como si estuvieran hechos de colores inmersos en un ambiente de penumbra. Pero, siempre debe tenerse en cuenta que los colores de este plano son diferentes de los del plano físico y por ello, es imposible describirlos virtualmente debido a la falta de referencias en este plano material, además, recordemos que el color es solo una experiencia de la mente.

Segunda dificultad que se interpone refiere a nuestra percepción tridimensional habitual del estado de vigilia y la materia, que inclusive en los planos de la imaginación adquiere otras dimensiones, y al encontrarse con el intento de plasmar las experiencias a través del dibujo y la pintura, nos limitamos solo a dos dimensiones. En la hoja no dibujamos tal como es lo que estamos viendo, sino que dibujamos para aparentar aquello vemos valiéndonos de diferentes artilugios tales como redimensionar, aplicar perspectivas, etc.; una calle en frente de nosotros no es más pequeña a medida que se aleja ni más grande entre más cerca esté, sino que simplemente nuestro cerebro configura la información a su antojo traduciendo los datos que se le presentan de una manera coherente, tal como ocurre con el color magenta, se lo inventa. Representar un objeto 3d en una superficie 2d solo es posible porque los objetos ya nos son familiares y por tanto los podemos traducir a la bidimensionalidad.

Finalmente, la última problemática que se presenta es aquella relacionada a la consciencia, que tiene una relación similar con la condición de familiaridad antes mencionada y es que si, por ejemplo, le pidiéramos a una persona que nunca hubiese conocido un gato que concibiera exactamente como es un gato, no podría hacerlo del todo bien incluso si le mostramos la imagen de uno. Mostrar una imagen 3D a un ser que solo concibe imágenes 2D sería extremadamente difícil, si no es que imposible, así como también lo es para nosotros concebir percepciones exactas de cuatro dimensiones estando nosotros en la tercera dimensión, así, solo podemos acceder a una burda representación. Es esta dificultad la que empobrece y dificulta la representación de realidades astrales y mentales tanto para mí como artista neófito y también para quien sea que mire mis ilustraciones. 

El mundo interior es 1 y miles, pues la unidad nació la multitud, por ello concebir a la unidad de entre la multiplicidad es un desafío mayor, sin contar las problemáticas de la luz, color, movimiento constante y vida de estos planos. De todos modos, esta obra en ningún momento ostenta representar estos mundos de manera perfecta, es más bien una honesta y practica muestra para el curioso ávido de aventura, una del tipo que parte por la exploración constante y perseverante de sí mismo y las propias capacidades perceptivas humanas. Es la muestra imperfecta y subjetiva de estos mundos, solo algunas facetas que a vistas de un clarividente experimentado podrían ser un decepcionante dibujo de niños, pero para aquellos que no lo sean, podrán obtener a través de mis dibujos una comprensión parcial de aquel mundo, producto de mis experiencias personales, percepciones vagas e información conceptual esotérica albergada en mi cabeza.


Experimento, N°1
Representación de imágenes-paisajes mentales a través de una contemplación pasiva.





Experimento, N°2
Contemplación de árboles en el patio de mi casa. Representación astral-mental.







Experimento, N°3
Registro del paisaje y contemplación astral.


Experimento, N°4
Registro del paisaje. contemplaciín, dibujo y psicografía.

A)







B)





C)









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